Una vez que se comprueba la certificación y la competencia del psicólogo particular, la mejor manera de elegir a un psicólogo es acudiendo a una primera consulta y evaluar si se siente cómodo y en confianza con el terapeuta. Este encuentro puede evaluarse en primer lugar a partir  del sentimiento de encontrarse frente a alguien que comprende el sufrimiento que uno experimenta, y que sabrá ayudar a eliminarlo.

En cierto sentido, cualquier persona puede beneficiarse de los servicios psicológicos que incrementan y mantienen el bienestar general, y promueven la libertad para tomar decisiones y la fuerza para existir. Hay casos sin embargo en que es necesario o muy recomendable buscar ayuda psicológica.

Es recomendable acudir a terapia psicológica cuando existe un problema que supera las fuerzas que tienes en determinado momento para solucionarlo, que te impide vivir y experimentar bienestar y que por lo tanto te ocasiona malestar y sufrimiento. Un problema existe cuando hay una discrepancia entre lo que haces y lo que quisieras estar haciendo, o entre los resultados que obtienes (conductual y emocionalmente) y los resultados que quisieras tener. Es por esta razón que las personas pueden necesitar ayuda psicológica.

En ocasiones no es tan sencillo detectar que existe esta discrepancia, lo único que sentimos es malestar, inconformidad o sufrimiento. E incluso cuando se llega a identificar el problema a veces no es tan simple solucionarlo, en el sentido que posiblemente no dependa de una decisión de la conciencia. Por ejemplo, para Jack Nickolson, en la película Mejor Imposible (As Good As It Gets), no es tan sencillo como proponerse que a partir del próximo lunes va a dejar a un lado sus obsesiones, y dejará de lavarse las manos 10 veces antes de acostarse. Existen también resistencias inconscientes que bloquean lo que nos proponemos. Es por esto que resulta difícil lograr un cambio a este nivel, aunque nos lo propongamos.

Los motivos para acudir con un psicólogo pueden ser una dificultad personal, como la ansiedad o malestar, una situación dolorosa, como una enfermedad, duelo, trauma o separación, dificultades relacionales, como problemas de pareja o en el trabajo, o bien un deseo de cambio o de trabajo en sí mismo.

El psiquiatra trabaja con personas de cualquier edad, pero usualmente con personas que tienen un desorden más severo, como esquizofrenia o alguna otra psicosis, o depresión mayor, que requieren tratamiento farmacológico. En la mayoría de los casos, el tratamiento psiquiátrico incluye prescripción de medicamento. Muchas veces el tratamiento psiquiátrico se acompaña con tratamiento psicológico; de forma paralela el paciente acude con un psicólogo clínico para atender los motivos de la consulta.

Algunos psiquiatras no se limitan a prescribir medicamentos y realizan cursos y diplomados de algún tipo de psicoterapia, por lo que provee también terapia de escucha y habla. Aún así, el psiquiatra no cuenta con estudios universitarios de psicología.

El psicólogo trabaja diariamente con un amplio espectro de problemas y grupos de pacientes – desde desórdenes alimenticios a esquizofrenia, demencia y problemas en relaciones laborales, soledad, miedos, problemas de ansiedad, etc. La mayoría de los psicólogos clínicos se especializarán en un tipo particular de asistencia o terapia, como por ejemplo terapia psicoanalítica, terapia cognitivo conductual, terapia neuropsicológica, entre otras (ver tipos de terapia).

Cualquier persona que atraviesa por una situación difícil en su día a día y desee impulsar su vida en una nueva dirección que le provea mejores resultados, puede beneficiarse de los servicios terapéuticos de un psicólogo clínico. La psicoterapia es de ayuda también para profundizar en temas importantes de la vida, como son cambios repentinos, decisiones importantes, etc.: la psicoterapia es un espacio que puede ser utilizado como herramienta de introspección, para revisar y evaluar el rumbo que se lleva en la vida.

Para un desarrollo más amplio, ver “cuando acudir a un psicólogo”

Como se menciona arriba, el psicoanalista es un profesional que ejerce uno de los diferentes tipos de psicoterapia.

Se recomienda acudir con un psicoanalista cuando existe en la persona un deseo de explorar de forma detallada y profunda en la situación de malestar actual que está viviendo. El interés por su propia vida psíquica y el deseo de conocerse mejor son factores importantes a la hora de considerar entrar en un proceso psicoanalítico. En ocasiones, la terapia psicoanalítica también es indicada cuando otras terapias menos intensivas han fallado en lograr los resultados deseados.

Cabe mencionar que el psicoanálisis es el padre de la psicología. Su fundador, Sigmund Freud, erigió una teoría y una práctica desde finales del S. XIX y principios del XX que ha marcado profundamente el pensamiento occidental, así como también ha influenciado en gran medida a los diferentes tipos de terapia existentes actualmente, a pesar que la diferencia entre los tipos de terapia sea esencial.

Puedes solicitar el cambio de psicoterapeuta. La psicoterapia es en primer lugar una relación, y es importante que te sientas cómodo y en confianza en esta relación, de ello dependen los resultados que se puedan alcanzar.

Esto depende de la técnica o enfoque que practique el terapeuta. Los enfoques que proponen una cura breve, como la terapia sistémica o la terapia breve, anuncian a sus pacientes desde la primera consulta las líneas generales sobre las que reposará el trabajo posterior. Para otros terapeutas, que se basan más en análisis, ningún programa es previsto, la terapia avanzará al ritmo de los descubrimientos efectuados por el paciente.

La duración del proceso terapéutico depende de muchos factores, como la gravedad de los problemas, la naturaleza de los objetivos trazados y el tipo de tratamiento propuesto. Hay muchas personas que buscan una consulta de algunas sesiones y otras personas que la buscan de varios años. Depende en gran parte de la solicitud del paciente. Generalmente, una psicoterapia de algunos meses (en promedio de 12 a 15 sesiones) es suficiente para obtener los resultados satisfactorios con respecto al motivo de consulta inicial.